lunes, mayo 01, 2006

Cowboy de medianoche: el sabor de la fresa

(Relatos bajo el flexo)

Sandra, sentada al borde de la cama con las piernas cruzadas seguía a Alex con la mirada, que reparaba en la iluminación de la habitación.
- Hay que cuidar cada cosa, lo más nimio, cada pequeño detalle puede multiplicar el placer por diez. Creo que todo está listo, ¿estás a gusto?
La chica afirma con la cabeza. Alex se quita la camiseta.
- ¿De verdad?
Repite el gesto.
- Entonces, ¿nunca has estado con un hombre?
Sandra mira al techo y niega.
- ¿Fueron tus amigas las que te animaron a bailar conmigo?
Sandra asiente, desde que Alex se quitó la camiseta no quita ojo de su costado.
- Me gusta cómo bailas. Coordinas muy bien tu cuerpo, hay cadencia en tus movimientos. ¿Estás mirando mi tatuaje? ¿Te gusta? Supongo que te preguntarás porqué tengo una tortuga en el costado.
Sandra mueve la cabeza con interés.
- Es por el ritmo de las tortugas. Caminan lentamente porque les gusta recrearse en el paisaje. Ésa es mi filosofía. La sociedad del siglo XXI se caracteriza por la comida rápida, el espectáculo basura y el sexo en cinco minutos. Hay que recrearse en esto último; no estoy diciendo que haya que acostarse con lentitud, el ritmo rápido es también importante, pero con los movimientos pacíficos de una tortuga. ¿Entiendes? Fíjate después en esto.
Sandra, muy atenta a Alex, asiente. La chica señala la tortuga y forma ante Alex con sus dedos un punto, luego se señala el tobillo.
- ¿Cómo? ¿Tú también tienes un tatuaje?
Sandra mueve el dedo índice indicándole que no, señala la luna que se ve tras la ventana.
- Ya sé, tienes un lunar en el tobillo.
Sandra sonríe orgullosa.
- Muy bien, ahora lo investigaré. Bueno Sandra, ¿empezamos?
Sandra mira al suelo.
- ¿Te sientes incómoda?
La chica niega rápidamente con la cabeza, su melena cae alborotada por su frente. Cruza los brazos y se quita la camiseta, se descubre un sujetador de margaritas. Alex se acerca a ella, la palpa.
- Estás muy rígida… Ya sé, quizás piensas que he estado con muchas mujeres, pero no te creas. Mira, esta cicatriz me la hizo precisamente una fémina de 29 la semana pasada. Era demasiado fogosa y le gustaba pasar mi piel por su colmillo, y claro… Quiero decir que hay mujeres más impulsivas que otras, así que no te preocupes. Intentaré tranquilizarte acariciando tus zonas erógenas, ¿vale? ¿Tienes alguna en especial?
Sandra se encoge de hombros.
- Vale, déjame buscar -Alex, con sus dedos pulgar e índice empieza a cosquillear por el cuerpo de Sandra-. Toda mujer tiene un punto, aparte de los clásicos, que le excita mágicamente. A unas la oreja, a otras la espalda, el talón, el ombligo… ¿Sientes algo?
Sandra, inmóvil, sigue con sus ojos los dedos de Alex… al colocarse estos en la nariz, Sandra tiembla.
- Hay algo especial que encuentro en el cuerpo de cada mujer. No pienses que es una treta para conquistarlas, es totalmente cierto. En tu caso es la nariz, es increíble: es pequeña y súper cartilaginosa… puedo moverla totalmente, qué curioso. ¿Te hace cosquillas?
Sandra asiente temblequeando.
- Eso es bueno. Mira, podría tocar tu nariz roma toda la noche, es muy agradable.
Sandra estornuda.
- Oh, perdona. ¿Has visto Acordes y desacuerdos? Me he acordado porque en esa película Sean Penn liga con una chica muda y al final de la cita acaban en su dormitorio. Es muy curioso, ¿eh? Pero la chica estaba sexualmente más activa.
Sandra arquea las cejas.
- No, no… cada uno a su ritmo, es natural. ¿De verdad estás segura?
Sandra asiente con rapidez y se quita los pantalones, se descubre la braguita conjuntada con las margaritas del sujetador.
- Empezaremos jugando con los preliminares, ¿de acuerdo? Los juegos preliminares son de vital importancia. El 12% de las mujeres llega al orgasmo sólo por la penetración, para el hombre es un duro ejercicio aguantar hasta el final que ellas dictan. Este hecho manifiesta la importancia de los juegos preliminares, la imaginación es vital, muy pocos hombres son unos amantes completos, ¿sabes? Y eso es porque lo basan todo en su parte.
Sandra suelta una risita.
- La imaginación es el secreto. Dulce sonrisa, te veo más relajada. ¿Te gustan las fresas con nata? Podríamos empezar con este postre.
Alex toma el bol de las fresas. Sandra abre la boca del entusiasmo, una montaña de fresas exquisitas se graba en los ojos redondos acaramelados.
- Te has concentrado demasiado en las fresas, ¿tienes hambre?
Sandra asiente mordiéndose el labio inferior, coge dos fresas y se las lleva a la boca.
- ¿No has cenado?
Sandra niega mientras mastica.
- Bueno, el apetito de estómago urge más que el apetito carnal. Cómetelas, tenemos toda la noche.
Alex se tiende en la cama mientras Sandra devora con sumo gusto las fresas.
- Si cuando calmes tu apetito quedan unas cuantas, podríamos jugar con ellas, ya verás lo exquisito que es mezclar sabores.
Sandra asiente con la boca llena.
- Se ve que te gustan. Te tengo que dar mi tarjeta. Mis amantes me llaman cowboy de medianoche, es lo que pone. Hay una película que se llama así. ¿Te gusta la música? Tengo una armónica.
Alex saca la armónica de su pantalón y sopla unas notas. Sandra observa su interpretación intercalando con las fresas.
- Ya sabes que he tenido varias amantes. Pero si te digo la verdad, ninguna ha tenido jamás un detalle que me habría encantado. Es una tontería: que me lleven el desayuno a la cama. Mi hermana me lo llevaba cuando era pequeño, un desayuno con dos huevos recién fritos, una magdalena esponjosa y un vaso de leche bien caliente. Me encantaba.
Sandra lo mira de reojo, medio bol de fresas está vacío.
- Ese detalle sería genial. Oye, todavía no hemos hecho nada, ¿pero te lo estás pasando bien?
Sandra responde con su movimiento de cabeza.
- Estupendo, yo pienso antes en el placer ajeno. Siento que mi misión ha sido un éxito si vosotras lo habéis disfrutado al máximo. Si no, no estoy conforme -Alex bosteza…-. No sabes qué duro ha sido el trabajo hoy, menos mal que mañana es fiesta, bendito día de los trabajadores. Y unos huevos fritos…
Alex manoseaba la armónica con los ojos entrecerrados, el blando crujir de las fresas en la boca lo relajaba.
Cuando Sandra apuró todas las fresas, Alex se había quedado dormido.

Cuando Alex despertó la mañana siguiente, Sandra se había marchado. En la mesita de noche dejó un plato con dos huevos recién fritos, una magdalena muy esponjosa y un vaso de leche bien caliente.

Imagen: La habitación de Vincent en Arles, Van Gogh. 1889.

12 Comments:

Blogger Insanity dijo...

El sabor de la fresa.
Exquisita forma de narrar " Es por el ritmo de las tortugas"; de degustarse la memoria en "huevos recién fritos, una magdalena muy esponjosa y un vaso de leche bien caliente."

Felicitaciones.
Mis saludos!

5:37 a. m.  
Blogger terminus dijo...

A veces, muchas veces es lo que se añora. Un pequeño detalle, una caricia, una mirada dulce o unos huevos fritos. En las pequeñas cosas, en una palabra, en un gesto... está escondido el secreto de la felicidad.

Un abrazo Carlos

Edu

11:50 a. m.  
Blogger CGI MANAGEMENT dijo...

Carlos, me llama la atención que Sandra no hable...

8:49 p. m.  
Blogger anónima dijo...

A veces, muy pocas, los que están acostumbrados a dar se encuentran con un par de huevos fritos, una magdalena y un vaso de leche por la mañana. Seguro que hizo el amor con varias mujeres, pero a la que nunca olvidará es a la chica dulce de margaritas y fresas.
Estoy enganchada a tus historias minino,

Sandra (no muda exactamente...)

5:04 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

precioso!!!...
y ese final... genial
Me encantas... volverè y volverè por aquí.

10:22 p. m.  
Blogger Shh... dijo...

:)
Me ha encantado!!!
Los personajes entrañables y los detalles.... uhmmmm
Pienso en las fresas, en que mi nariz es normal, en que tengo identificada esa zona de mi cuerpo...
Que me ha encantado!
Besos

10:38 p. m.  
Blogger Carlos (Sr. Chow) dijo...

Mi muy querida Insanity: ya sabes, a seguir el ritmo de las tortugas, ¿vale? A ti sí que no te debería faltar ninguna mañana esos huevos, magdalenas, zumo o lo que más quieras.

Tu saludo reservado.


Terminus: aún no sé muy bien dónde está escondida la felicidad, pero creo que sí, que será eso, y si me lo afirmas tú me lo creo.

Otro abrazo.


Fiorecilla: ¿te acuerdas que dije que estaba obsesionado con la incapacidad de comunicarse, de emitir palabras, de una especie de mudez no natural?
Puede que Sandra sea muy tímida (lo demuestra, ¿no?), o que sea muda. Pero para mí, a Sandra no le hacía falta hablar. Te confieso: paso por una etapa en la que cada vez estoy más convencido de que las palabras, a veces, no son necesarias que las emita. Pero soy muy hablador a ratos, no te engaño. Eso sí, reconozco que me desespera que no me dediquen palabras, sobre todo si las espero. Me explico muy mal, ¡lo sé!

Sabejal: Te has ganado para mañana por la mañana... ¡Un par de huevos fritos en la cama!

¿Enganchada? Oh, qué linda, artista.

Un saludo gatuno.


R.: Y a mí me encanta que vayas a volver y volver por aquí. ¡La puerta estará abierta!


Najwa, bailarina del vientre: ¿te gustan las fresas? Te diré que la segunda frase del título ("el sabor de la fresa") viene de otra película titulada "El sabor de la sandía", está pendiente para ponerla en el proyector cascado.

"Pienso en las fresas, en que mi nariz es normal, en que tengo identificada esa zona de mi cuerpo..."
¡El secreto de la zona! Jeje.

Un saludo, bailarina.


Gracias a todos, una vez más el estudio del Sr. Chow se deleita con vuestras visitas.

P.D: Ya sabéis, según Alex: nada de sexo en 5 minutos.

2:14 a. m.  
Blogger Shh... dijo...

Me gustan las fresas...
La zona me la callo ;)

2:07 p. m.  
Blogger Carlos (Sr. Chow) dijo...

"Me gustan las fresas...
La zona me la callo"

¡Hay que tener pase especial para acceder a los lugares recónditos!

Un saludo, bailarina.

12:27 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Un saludo de media semana...
Y un abrazo...

6:03 p. m.  
Blogger Carlos (Sr. Chow) dijo...

Qué detalle tu inesperado saludo, R., gracias mujer.
Te respondo con un saludo envuelto en abrazo.

9:47 p. m.  
Blogger el santo job dijo...

Precioso.

No solo el texto, que es precioso, todo, la escena, la complicidad, ella, el aspecto de él y su comportamiento, el contexto... Vamos, que me ha encantado.

Seguiré por aquí

9:49 a. m.  

Publicar un comentario

<< Página principal

ecoestadistica.com