jueves, septiembre 21, 2006

La batalla contra Kirby

(Desvaríos noctambulares)

Me sentí defraudado conmigo mismo. Ahora mismo aprieto los dientes. Me afecta mucho combatir contra algo, no poder defenderme como espero me debilita.

Hoy llegaron a mi casa dos vendedores a domicilio con previa cita concertada para demostrar a mi madre la eficacia de un producto de limpieza llamado Kirby. Cuando mi madre me anunció que habían llegado y que se trataba de Kirby me sentí estafado. Esa máquina pertenece a la empresa del mismo nombre: Kirby, una multinacional norteamericana del viejete pero multimillonario Jim Kirby, amigo íntimo de Bill Gates y cuya empresa tiene afiliadas a McDonnalds, Coca Cola y demás súper marcas de importante dominio económico.
¿Que cómo sé todo esto? Porque este verano hice una entrevista de trabajo para esta empresa. Me seleccionaron y me informaron, junto a mis demás compañeros, de la procedencia de la marca, su poder, su influencia, sus grandes posibilidades de trabajo, las inmejorables condiciones… toda una maravilla, vaya. Cuando supe que mi trabajo consistía en vender esa máquina con apariencia de aspiradora (de hecho lo es) con 64 funciones (entre las que están pintar, extraer ácaros y hasta dar dudosos masajes) a domicilios de clase media por el precio de 2900 euros me negué. No quiero convencer a nadie de que compre algo, no podría nunca, sería nefasto en ese empleo. Menos aún si es un producto de una empresa de ese tipo. Me parece mal enriquecerlas todavía más, no quiero contribuir a ello. Encima, ya seleccionados para el cursillo de preparación y empezar a trabajar, teníamos que dar un listado de números de teléfono de familiares para ellos. Eso me pareció fatal. Cierto es que todos fueron muy amables, que las condiciones de trabajo eran buenas, pero me parecía mal trabajar para Kirby, lo de los números de teléfono me echó para atrás definitivamente.

Por eso, al saber que eran ellos pensé: ¿han usado mi número de teléfono que dejé en mi currículum para ir a mi casa y vender la máquina? Encima yo fui el tonto que aceptó por teléfono el día anterior: para nada me dijeron el nombre de la empresa, me informaron de que era una demostración de productos de limpieza, totalmente gratuita, no había que comprar nada y que necesitaban 60 voluntarios. Pensé que era para estadísticas y que simplemente necesitaban presentar y preguntar sobre productos de limpieza, así que acepté "ayudarles" (ingenuo imbécil). De todos modos, volvieron a llamar hasta cinco veces más para poder hablar con mi madre, para asegurar y reasegurar la cita y, por si fuera poco, confirmar la presencia y la hora bajo la palabra de mi hermana, que por cierto, es menor de edad. Mi madre aceptó (sin saber, claro está, que se trataba de Kirby), pero, eso sí: avisó que no iba a comprar nada,
a pesar de que la chica volvió a insistir que no se trataba de comprar.

Los dos vendedores eran: una persona que trabajó como enfermero y un chico joven argentino que no dijo más de cinco palabras. Sacaron la máquina y empezaron a enseñarle a mi madre algunas de las funciones, verificando la superioridad y la eficacia del brillante cacharro frente a los productos de limpieza convencionales. Yo no quería ni verlo, así que estuve leyendo en mi cuarto. Cuando terminaron la demostración (tres horas más tarde, la chica teleoperadora dijo una hora), yo salí para oír el "no puedo" de mi madre. Empezó a preguntar el hombre si estaba interesada, que podrían hacer ofertas, cómodos plazos, que si era una máquina de primera necesidad, que el ahorro era significativo (el cacharro verdaderamente es bueno y hace de todo y bien, con 35 años asegurados de vida, según prometen). Luego, el vendedor procedió a la práctica sucia que me hicieron a mí: que mi madre le diera números de teléfono de otras personas cercanas a ella y que crea que estarían interesadas. Mi madre no quiso dar ninguno, el hombre preguntó que porqué no, insistiendo. Y entonces participé en la conversación: “Verá, es que me parece mal que una empresa tan poderosa vaya sacando números de teléfonos a sus posibles clientes, comprometiendo a sus persona allegadas”. Él me dijo que es que funcionaban por boca a boca porque nadie se creería lo que hacía la máquina sin verla (un boca a boca un tanto forzado, vaya: ¿por qué no es al revés: por qué no son ellos los que dan el teléfono y es mi madre la que se lo da a sus familiares y amigos si están interesados?). Que ellos no conseguían los teléfonos por agendas (no, claro, ¿y por currículums?). El vendedor me preguntó
si consideraba cara la máquina. Alegué que lo era, y que aunque no dudaba de su calidad, era demasiado dinero para confiar en ella y su vida de 35 años. Él contraatacó con que si había certificados que lo demostraban, que la gente lo compraba, hizo cuentas demostrando que salía rentable, etc. Yo insistí en que era una pijotada y que en nuestro caso, preferíamos seguir con los cristasoles, aunque no tan eficaces, y usar los 2900 € para cosas más necesarias. Así que el muy cabrón se atrevió a decir que si no lo compraría siquiera por la salud de mi hermana, que es alérgica y que me fijara en la montaña de ácaros que había sacado aspirando el colchón de la cama. Yo le dije que seguro que había otro modo de hacerlo sin la máquina. Me lo negaba, que no había máquina que lo hiciera… Entonces le peguntamos mi madre y yo que, si la máquina era tan buena y sana, que porqué no la vendían a un precio más asequible y cómo es que tiene como filial a McDonnals que, desde luego, no tiene alimentos muy sanos. Sí, el tema ya iba por derroteros raros, pero decidí no hacerle más caso al vendedor, porque demostró por sus propias palabras que estaba trabajando sólo por la pasta que conseguía en ese trabajo… Ya lo sé, es obvio, pero me pareció impresionante su confesión porque tuvo la hipocresía de contarnos que había sido misionero en no sé cuántos países (ah, qué bien, ayudando a los más pobres y te pones ahora a trabajar en una multinacional como Kirby que tiene aplastado, junto a sus filiales, los países a los que has ayudado con tanta generosidad). Lo que estaba entre paréntesis no lo dije, claro, y me arrepentí de no habérselo escupido a la cara.

Algunos temas volvieron a salir, una y otra vez… Por si fuera poco, hablándonos de las maravillas de su trabajo como vendedor en la empresa Kirby, me ofreció a mí y a mi hermano trabajar para ellos. “Sería por enchufe, claro… pero os animo”, dijo él, haciéndose el generoso. ¡Y una mierda! Que sé que estáis contratando a cualquiera, que por eso fui a una entrevista… No le dije eso tampoco, no quise decirle que conocía la empresa porque fui un candidato. Menuda treta, el enchufe...


Finalmente, en oratoria, el vendedor me había ganado, porque no me atreví, por educación y debilidad, a ser más duro con mis réplicas. Se fueron, y todos nos dimos las gracias.

Dejo cosas en el tintero, pero sería una historia demasiado larga. Luego llegó mi hermano y le contamos todo. Me dio la razón con su fuerte, puro, sano y decidido carácter idealista. "Menos mal que al menos le dijiste todo eso", me animó.

Me levantaron el ánimo sus palabras, pero sigo sintiéndome débil, triste y defraudado: un idealista ingenuo.

21 Comments:

Blogger Elendaewen dijo...

Que no muera la decisión ni la voluntad aunque falte retórica, al final el acto y no las palabras son las que cuentan.

1:55 a. m.  
Blogger Carlos (Sr. Chow) dijo...

Gracias, Elendaewen. Al menos me enorgullezco de eso, y de que el tipo ese no pudiera encajar bien algunos de mis dardos. ;)

2:07 a. m.  
Blogger ecasual dijo...

Qué mal rato has pasado. Hay quienes son expertos en poner en aprietos a las personas buenas.
Saludos

9:54 a. m.  
Blogger SusM dijo...

A mi me enviaron a la entrevista directamente desde la oficina del servef (el paro, para entendernos todos) para teleoperadora de esa empresa... despues de 2 horas calentándonos la oreja con sus beneficios nos dijeron que solo cogerian a 6 de las 10 chicas que fueron, no hay que decir que me pasé de lista adrede para no ser una de las elegidas. Ni con esas... me intentaron vender la máquina in-situ, a cambio de mi trabajo y de los números de teléfono que pudiese ofrecerles.
Intentamos denunciarles pero es una filial de una filial y los sindicatos no saben por donde meterle mano... un desastre.
Han estado en Valencia durante 2 años y han desapareciso debiendo dinero a mucha gente. Cuidadin con ellos!!!

Un saludo

10:05 a. m.  
Blogger Rocío dijo...

Ole por ti!!!otras, pensando lo mismo, hubieramos sido incluso simpaticas, y le hubieramos invitado a un cafelito!!!jajajaja. Piensa que no consiguio ni los telefonos ni venderte la maquinita.
Un saludo y animo.

12:04 p. m.  
Blogger illeR dijo...

Que fuerte la historia!!! Menuda poca verguenza.............Esos seguro que le tratan de vender el cacharrejo ese a una ancianita de 85 años y con pension minima, sin ningun remordimiento y encima pidiendole los telefonos de hijos y nietos. Me alegra de que no pudieran contigo -ni con Morrigan- ¡¡Bien por vosotros!!

12:18 p. m.  
Blogger terminus dijo...

No te preocupes Carlos, después de algunos asaltos más empezaras a ganar confianza. Te lo dice alguien que una vez fue como tú.

Un Abrazo

Edu

2:00 p. m.  
Blogger Don Mendo dijo...

Pero tío, que has ganado.

No sé donde ves esa decepción: le has dicho un par de verdades, se ha ido sin números y sin ventas.

La verdad, esto del odio a uno mismo lo estamos llevando a extremos inexplicables. Anímate joder, que además has escrito uno de los mejores posts que he leído en mi vida: si es que hay que hacerle caso al cubano, las mejores son las canciones urgentes.

Por cierto, mejor el Kirby de la Nintendo ¿no?

5:32 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Lo que cuentas de los números de teléfono es asqueroso. Odio con toda mi alma cualquier cosa que se vaya vendiendo puerta a puerta o por teléfono. Soy lo suficientemente mayorcito para saber cuandonecesito algo. Antes escuchaba atentamente, era muy amable, y etc.
Ahora, con los años, he aprendido que hacer caso a quien te quiere vender algo que no voy a comprar es hacer perder su tiempo y mi tiempo. Como resulta que todos ellos están entrenados para no aceptar un "no, gracias" a la primera e insisten, pues ahora ya no me corto y me temo que resulto bastante borde. Los años te hacen más duro. Hiciste bien ;). Y ya te digo que lo de pedir números de teléfono a aspirantes al trabajo es denunciable.

10:19 a. m.  
Blogger sacris dijo...

Vaya metodos más ruines. Yo hubiera sido más borde, a veces se me va y al tercer "pero es q es muy bueno" hubiera salido con un "Oye campeón, te he dicho q no lo quiero, ¿vale?" En fin, hay vendedores q no se rinden.

12:54 p. m.  
Blogger qelena dijo...

Ofú Carlos... te entiendo, yo no soy capaz de ser borde ni dura con los vendedores, pero como dice Don Mendo... has ganado! Ni cacharro ni teléfonos. Y encima perdieron toda la tarde, en vez de estar convenciendo a alguien que quizá sí la hubiera comprado... anímate hombre!

2:54 p. m.  
Blogger rocío dijo...

Me dejas pornerme en el caso contrario un segun? :P Hay que tener en cuenta que los comerciales son gente, la mayoría de la veces, que trabajan bajo una presión psicológica impresionante en plan de si no realizas tantas ventas a la semana vas de patitas a la calle... por ese tipo de pensamientos, cada vez que llega alguien a casa, o llaman al teléfono, me cuesta vida y milagros darle paso al gracias, pero no... Pero desdeluego, jamás trabajaría para algo en lo que no creo, y mucho menos, al igual que tú, sería incapaz de ser persuasiva y aconsejar en qué debe o no debe gastar el dinero la persona que tengo en frente... :P

Ea ea, ya pasó, jeje :)

Por cierto, tengo unos cuadros que quedarían monísimos en tu salón! Si quieres te los llevo, los probamos y me dices qué tal? el precio? una ganga! pa ti, questás enchufao, precio de amigos hombre!!!!! ;) jeje

Un besote!

5:01 p. m.  
Blogger Carlos (Sr. Chow) dijo...

La hormiguita: Y decía el tío que no estaba obligando a nadie a dar números de teléfono. "Ha insistido tres veces...", le dije.


Morrigan: ¿También fuiste casi una Kirby? Qué coincidencia. Muy fuerte lo que dices de Valencia... ¿De verdad?


Jerseygirl: Gracias chica. Bueno, mi madre sólo les ofreció dos vasos de agua. Por cortesía.


illeR: El tio decía orgulloso que había vendido la máquina a pensionistas y que podían pagarla a cómodos plazos, incluso la había vendido a gente que estaba parada...


Terminus: Gracias amigo, ¡estoy preparado para el siguiente asalto!


Don Mendo: Como te conté hoy, me animó tu comentario. Lo veo mucho mejor, ahora. ¡Gracias! Y sí, mejor el Kirby de Nintendo, debería denunciarlo la nipona…


Gabi: Posiblemente sea denunciable, me informaré. Entonces, quedamos en que ni publicistas, ni vendedores, ¿no?


Sacris: Así que serías muy duro, ¿eh? Los cantautores te dan fuerzas. Habría que verte, jeje.


Elenita: Entonces no serías capaz de ser muy dura, al contrario que Sacris. Pero tú no les dejarías que te aprisionaran con sus tretas sucias, seguro. Gracias por animarme.


Rocío: Te aseguro, Rocío, que me pongo en su piel. Antes de emitir alguna crítica procuro ponerme en el lugar del otro, es una norma para mí. Que sí, que ser vendedor es atender a unas exigencias y órdenes, a unas exigencias con los clientes... hay que entenderlos también. Pero ese vendedor se pasó, y encima (no sé si es cierto) se vanagloriaba de estar en ese trabajo porque quería, porque ganaba un pastón, que si le habían ascendido, que si se había ido de viaje… Pues para ti, sucio vendedor, supuesto enfermero y misionero… venga ya. Y me suelta todo eso en mi propia casa...

Oye, lo de los cuadros me lo empezaba a creer… ¡que sí los quiero! No me importa que juegues conmigo o con mi dinero si es por tu arte, jeje.


Saludos a todos. Saludos sin tretas, sin argucias, sin ningún interés económico…

6:04 p. m.  
Blogger Shh... dijo...

Mi idealista ingenuo, poco a poco :)
La verdad es que es tener bastante poca vergüenza lo que has contado.
Me encanta que te niegues a trabajar por principios en esta época en la que parece que son de quita y pon y se compran con dinero.
Ya has quitado el polvo al estudio ;)
Un besazo enoooooorme! MUAC

8:53 p. m.  
Blogger Insanity dijo...

Cantautor-no-mudo, tus principios están por encima del lodo, y los mantienes siempre alimentados con tu lealtad hacia ti mismo. Es una gran alegría tener amigos como tu.
Un fuerte abrazo, Carlos :)

11:13 p. m.  
Blogger Fauno dijo...

Yo pensaba que las cosas a domicilio no se venden, y menos a ese precio.
Pero farsantes y vendedores sin escrupulos los hay en todas las profesiones. Desde el jefe que engaña al empleado en adelante...
conozco unos pocos.

8:42 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Lo que má rabia me da es que no estaba en casa... ¡Ohhh! Yo no hubiera tenido tanta cortesía, ya voy siendo viejo...

1:17 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Yo tambien creo que has ganado, animo, es que la historia es muy fuerte

12:37 p. m.  
Blogger sacris dijo...

Eeey jo! no te fias de que pueda ser duro?? Mira que como saque a pasear la chuleria madrileña... (tenemos fama de eso, no? jaja)

6:50 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Vaya con el Kyrbig... lo vas a tener hasta en la sopa. Ya me contaras con detalle ese hallanamiento de morada de Kyrbig y sus secuaces.

Ciao!

12:27 a. m.  
Blogger Meri dijo...

Pufff conozco esa historia. Alguien que conozco hizo una entrevista para esa secta. Le llamaron ofreciendole un puesto de mozo de almacen en una nueva empresa que habian emprendido. Todo mentira! Cuando llego alli le llevaron junto con otros pobres ilusos a un pueblo a las afueras y menudo show, todos engañados pensando que iban a ser administrativos, mozos y que vaaa todos para comerciales. Habia un infiltrado que les motivaba y se hacia pasar por un comercial mas y aplaudia como un loco..En fin, mi colega salio huyendo de alli..Despues en casa miramos en internet y nos enteramos que los comerciales usaban las tretas mas sucias para veder eso que es infumable...
En fin..sin comentarios..Para mi no son mas que un reflejo de lo que se esta convirtiendo la sociedad...individualista, egocentrica, egoista...
Saludosssssss!!

12:09 p. m.  

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