jueves, abril 05, 2007

Que reste t'il...

(Desvaríos noctambulares)


Hoy he tenido un día de esos que te lo pasas entero en pijama. Te levantas a las doce y cuando te das cuenta ya son las ocho de la tarde y sigues con el pijama y la bata. Cuando me iba a duchar mi madre me pregunta: "¿ahora porqué te vas a cambiar de ropa?". Es cierto, no iba a salir fuera y a esa hora lo lógico sería volver a ponerme el pijama, pero no quise. No me gusta pasarme todo el día en pijama, por eso me pongo otra cosa aunque sepa que dentro de cuatro horas me lo volveré a poner. Es curioso que esa manía tonta me haya hecho escribir.

Estoy a punto de terminar un libro gordo, esta noche también me pasaré un videojuego y a la semana santa le queda poco por terminar… Pero vendrá un nuevo libro, otro videojuego tal vez (por desgracia, la consola es prestada), y otra semana sin duda a no ser que nos muramos todos (aunque si nos muriéramos todos, el tiempo seguiría pasando, por tanto la nueva semana llegaría. Pero si la ordenación del tiempo es un invento mental del ser humano y nos morimos entonces sí sería cierto aquello de que no habría más semanas). De todos modos, todo esto era para ilustrar una sensación que estoy teniendo muy a menudo: la fugacidad. Es un tema nada original, lo tratan miles de libros, de películas, de pinturas, y todos los días nuestros padres y abuelos suspiran aquello de “cómo pasa el tiempo”. Pero no me refiero a cómo pasa el tiempo, sino a cómo pasan las cosas. Al fin y al cabo puede que sea lo mismo pero no es igual. Una cosa termina y empieza otra distinta, a veces lo que termina y lo que empieza es muy parecido o lo mismo. Lo que no entiendo muy bien de todo esto es que, si hablamos de devenir y de cambio, ¿cómo puede uno sentirse parado? Puede que las cosas transcurran muy lentamente, tanto, que engaña el pensar que el cambio no puede sucederse tan pronto.

A mi hermana le han dado una beca para irse a Londres quince días. Al principio no estaba en la lista que se publicó en el instituto, pero cuando telefonearon informando del error, mi hermana colgó y lloró de la ilusión: “¡Me la han dado, mami!”. Yo eché otra beca al extranjero, aún no sé nada y eso de irme la verdad es que me incomoda un poco. Quiero ir y sé que debo hacerlo, es una aventura atractiva, pero la realidad se me impone. Maldita sea ésta, pero la muy cabrona sabe que tiene más consistencia que mis sueños, es así de claro.
Lo que se puede deducir es que soy un cobarde comparado con mi salerosa hermana, que se iría allí de cabeza. Pero me alegra saber que su espontaneidad vital le salvaguardará de escribir cosas como las de su hermano… aquí escribiendo sobre “las cosas” y sin saber realmente qué leches está diciendo.

Creo que el mejor modo para expresarme es utilizando esta metáfora: Hay veces que descubres una canción muy buena, preciosa, tan buena que no te cansas de escucharla. Pero la canción es muy corta, por eso tienes que ponerla una y otra vez hasta que te das cuenta de que ya no tiene más, que esa es su duración y que su esencia se comprime en ese tiempo, que ya es hora de que escuches otra. Pero no sabes cuándo llegará de nuevo una canción como esa.
Es curioso también que mi última canción de este tipo y que estoy escuchando ahora mismo una y otra vez sea precisamente Que reste t'il de nos amours.

6 Comments:

Blogger Isabel dijo...

Uf, cuántas cosas, Cantautor Mudo.

En primer lugar que el tiempo pasa veloz pero a veces parece que no se mueve es más que una sensación, es un HECHO. Y por cierto, yo soy de las que me pongo el chándal en cuanto entro en casa o me levanto, aunque vaya a durar sólo con él 10 minutos.

Y lo de irse al extranjero, te entiendo, la pereza y la comodidad del sitio. De todas formas yo soy de las que me voy porque además ya me conozco: se que en un momento u otro me entrará una pereza horrible y pensaré "con lo bien que estoy aquí" Pero afortunadamente he aprendido a no hacerle caso a esa vocecilla, porque si no me hubiese perdido grandes experiencias.

Así que muchos ánimos para lanzarse a la piscina. Y enhorabuena a tu hermana: yo también me iría quince días a Londres (aunque ahora, quién lo diría, estoy un poco saturada de viajes. ¿Será porque todavía no hace ni una semana que estoy en casa? Seguro que la semana que viene ya se me ha pasado)

Besitos

11:53 p. m.  
Blogger illeR dijo...

El otro dia me comentaron que en Finlandia (2 pais en tasa de suicidios) las depresiones no se dan en invierno, cuando hay 3 horas de luz, sino ahora: en el deshielo y con 4 horas de luz!!! Lo que las produce no es la falta de luz, sino el cambio, que ocurre muy rapido, en apenas una semana desaparece la nieve y se descogelan los lagos. Es tan rapido que la gente se deprime, porque sienten que todo cambia pero ellos siguen igual, que todo evoluciona menos su vida. Ese es el error. No puedes pensar asi. Tu vida tambien avanza lo que pasa es que en otra escala de tiempo, quiza te sientas parado, pero no lo estas.

Lo de irte fuera....que te voy a contar.....echaste la beca, no?? Yo estoy casi segura de que si te la hubieran dado o si te la dan te hubieras ido o te iras. Con mas miedos que tu hermana, con mas dudas, pero al final alli estarias.

Me pasa lo mismo con las canciones buenas, las pongo en buble horas y horas.....

12:18 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Piensa que el mundo esta plagado de buenas canciones, no solo las que ya existen si no las que se escribirán en un futuro.
:)

10:58 a. m.  
Blogger sacris dijo...

Revolver en una de sus canciones dice "la vida son cuatro dias, y yo por el tercero voy". Me gusta usar esa expresión intemporal de cuatro días.

Esa sensación que describes la siento de vez en cuando

Un saludo!

9:05 p. m.  
Blogger Carlos (Sr. Chow) dijo...

Muchas gracias señoritas por vuestros comentarios... ¡oh! Y también al señorito Sacris, claro.

Un saludo a compartir.

1:14 a. m.  
Blogger anónima dijo...

Uff qué tiempo hacía que no me pasaba por aquí, pero te comento igual que ya te secuestraré un día para hablarte de mi proyecto... tiene que ver con el estancamiento y el miedo a lo desconocido... lo que vas a tener que aguantar! Un beso niño, y tú no eres una persona a la que le merezca la pena encerrar lo que es y olvidarse, tienes que hacer algo con ello! pero eso ya lo sabes :)

9:36 a. m.  

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