martes, febrero 06, 2007

El elefantito con Nacho Vegas

(Desvaríos noctambulares)

La semana pasada fui a un esperadísimo concierto del cantautor gijonés Nacho Vegas, uno de los mejores artistas indie que hay en España. Sus letras están cargadas de emociones frustradas, protagonizadas por personajes devastados, con un pesimismo exacerbado y alguna dosis de humor negro. Son demasiado habituales sus referencias a la droga y a la muerte, con la que mantiene a veces una especie de colegueo macabro. Sí, las canciones de Nacho Vegas pueden ser demasiado duras, depresivas… pero una cosa no se puede negar: el hombre, muy de vez en cuando, mete alguna que otra frase con un atisbo de esperanza, de consuelo. Y esas líneas de luz, en medio de tanta negrura desafinada, tienen un efecto tan potente que ninguna canción estúpida de artistas optimistas jamás podrá tener.


El concierto fue muy bueno, me encantó, la espera mereció la pena. Mi idea era hacer una detallada crónica. Sin embargo, reconozco que no he sido capaz. No quería hacer una simple crónica, quería darlo todo, y estaba motivado para hacerlo. Sin embargo, me desinflé y supe que no estaría a la altura que me propuse. Por eso, y aunque haya hecho muchas veces escritos que no han estado a la altura, en esta ocasión no me apetece: para hacer algo malo no hago nada. Que Nacho Vegas me perdone (y su compañero en la gira acústica Xel Pereda también, menudo genio), quizás tenga una buena crónica si lo vuelvo a ver en un concierto; esa vez, ojalá sea con su banda habitual: Las esferas invisibles.

Esta noche recuerdo el concierto de Nacho Vegas, y también Al final de la escapada, la película que cité en la última entrada. ¿Y por qué? ¿Qué une todo esto? La canción La pena y la nada. Nacho Vegas escribió esta puñalada de canción que bebe de una frase de la película de Godard. Yo quería que la cantara, y la cantó.

Así que, de nuevo como un elefantito…


¿Y qué podía hacer?
Sino huir y así poder ponerme yo a llorar también.
Y en tales circunstancias, ¿cómo iba yo a actuar?
“Mi alma se volvió ancla”, te oí, “cansada de naufragar”.

Y aunque ahora arda un fuego, o brille en el cielo el sol,
sólo son tus dos ojos los que a mi vida traen luz y calor.
Y en tu mirada mojada vi que rezabas por mi alma, oh señor…

Y te vi llorar, un río a cada lado

[…]

Entre el dolor y la nada elegí el dolor.


7 Comments:

Blogger sacris dijo...

No escuché nada de este cantautor pero... te haré caso y cuando tenga tiempo buscaré algo suyo, quizás esta canción de la que hablas en este post.

un saludo!

9:14 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

La primera vez que ví a Vicente Amigo, cuando se presentó al público, dijo algo así como: "Vengo a poner el alma en la guitarra, qué es lo único que se hacer... pero que me quede un poquito para mañana".

Esa es un poco la actitud que me gusta de Nacho Vegas: la del lúcido que comoce o intuye toda la mierda con la que puedes pringarte... pero que mañana hay que levantarse, qué carajo. A mí me parece que sus letras son mucho más cínicas y humorísticas de lo que dices. Sólo hay que meterse en el foro de la web de Vegas para ver ejemplos de gente que se toma demasiado en serio la pose de "autodestroyer"...

En el concierto cantó "Ocho y medio". Canción dura, y muy íntima. Y la trató como la canción que es (yo es que no pude ni aplaudirla...). Eso no le impidió cantar a continuación la de Michi Panero y hacer bromas.

Joder, si la vida es diversa, compleja, complicada y llena de ánimos enfrentados, lo normal es que si compones canciones, y eres sincero en lo que haces, tus canciones sean como la vida.

Por eso, para mí, las canciones de Bisbal son a la música lo que una muñeca hinchable al sexo: puedes llegar a pasártelo bien... pero no es lo mismo. Bisbal cantará siempre sus canciones marchosas, con una sonrisa en la cara, bailando, diciéndonos "¡Arriba!" mientras intenta vendernos un sentimiento tan falso como su música enlatada. Y cuando tenga que cantar "La Lenta", que versará sobre el desamor, o la distancia, exaltará de modo peliculero algo que 1)todos hemos sufrido, y 2)puede llegar a ser mucho más duro que una nota alta en el momento del clímax orquestal.

12:40 p. m.  
Blogger Elendaewen dijo...

Pero Sr.Chow, creo que estás más que a la altura de esas canciones =) El exceso de humildad también es pecado.
Saludos.

1:40 p. m.  
Blogger illeR dijo...

En sevilla toco el dia que me vine para Finlandia.....si es que yo irme y empezar lo bueno.............

5:40 p. m.  
Blogger Carlos (Sr. Chow) dijo...

Sacris: ¿Escuchaste ya algo de él, compañero? ¡Tienes que decírmelo!


Moisés: Tienes razón, exageré quizás su tremedismo: es más cínico y humorístico de lo que escribo. Don Mendo y yo hablábamos de eso: tiene frases duras pero para "despollarse", como dice él.


Elendaewen: Me encanta que me des mimos... jeje, gracias, prometo no pecar demasiado en ese aspecto a partir de ahora, te lo digo de verdad.


illeR: ¡Cómo pudiste irte! No, ya, claro... normal mujer. No te preocupes, ya habrá otra ocasión.
P.D: ¿Sabías que a Quique le encanta Nacho vegas?


Un saludo a todos, gracias por visitar el estudio.

4:43 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Eché de menos sus canciones más eléctricas. Qué remedio, ¡la parte instrumental es lo que me mueve! Quizá es porque no soy capaz de escribir una estrofa buena... no como Nacho, qué grande.

Hay que destacar los temas que tocaron para un disco sobre el cancionero popular astur; entonces me di cuenta de que está mucho más cerca de los cantautores tradicionales de lo que creía...

2:37 a. m.  
Blogger Don Mendo dijo...

En una de las primeras canciones que tocó aquella noche, dijo "si empiezo a arder, aprenderé a apagarme". Esa es su esencia, existe el dolor y el fuego, pero somo animales y ya sabremos lo que hay que hacer, ya reconstruiremos nuestros palacios, pese a tener las manos sucias.

La definición clásica del country también sirve para Nacho Vegas: "Tres acordes y la verdad".

12:50 a. m.  

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