viernes, marzo 09, 2007

El Oscar de Morricone

(Desvaríos noctambulares)

Como estaba de viaje no pude ver nada de los Oscar. Volví a mi casa y leí en El País Semanal una entrevista a Ennio Morricone, recordé que le habían dado el Oscar honorífico. Así que recurrí al bendito YouTube para ver el video.
El hombre lo merecía desde hace años (como Scorsese), ha estado nominado cinco veces y en ninguna ocasión le dieron la estatuilla. Nadie puede negar que Morricone es uno de los compositores más representativos e influyentes tanto dentro como fuera del séptimo arte.
Que yo recuerde, descubrí a Morricone en el instituto (al menos de forma consciente, ya que es de estas cosas que siempre han estado ahí, lo habías escuchado pero no te dabas cuenta). Mi profesora de religión nos puso en clase una malgastada copia en video de La misión. Más que fijarme en el mensaje religioso que nos quería vender mi conservadora profe me interesó el tema musical de la película (que se hizo tan famoso). Entonces supe que la banda sonora la firmaba un italiano que se llamaba Ennio Morricone. A pesar de que han pasado ya algunos años, tomando como base la obra total del compositor (más de 500 bandas sonoras) he escuchado aún muy poco, pero sí lo suficiente.

Con Morricone he tenido (y sigo teniendo) momentos de auténtico éxtasis musical. Tengo grabados en la memoria momentos musicales como la visita del adulto Tomasso al viejo Cinema Paradiso, el visionado de los cortes censurados; los silbidos y grititos del spaghetti western; los planos Sergio Leone en Érase una vez en América (con la orquesta elevando esos primeros planos que sólo Leone sabe hacer). Morricone dota a las imágenes de una sensibilidad extraordinaria, a veces la música casi parece salirse de la pantalla. Nunca me ha parecido sobreexagerado, es como si supiera dónde está el punto exacto y ahí llega con su estilo brillante, limpio, inconfundible.

En el video, Clint Eastwood presenta a Morricone y éste sale al escenario. Cuando la sintonía (su tema de Malena) deja de escucharse y sólo suenan los aplausos el italiano mira con sus pequeños ojos emocionadísimos, medio llorando, desde sus grandes gafas. Me emocionó mucho, la verdad, sobretodo al final del discurso, cuando se le quiebra la voz y se lo dedica especialmente a su mujer.


3 Comments:

Blogger Elendaewen dijo...

Yo lo vi en la repetición. Morricone es un maestro increible =) Creo que su discurso en italiano dejó mucho más que decir que lo que Eastwood tradujo.
Tengo que pedirte un favor musical, a ver cuándo coincidimos =)
Saludos.

9:22 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Si tu "conservadora" profe era de religión y te puso "La misión", puedo imaginar cuáles eran sus intenciones... pero le salió el tiro por la culata, porque "La misión" no tiene presisamente un mensaje conservador ni idealizado de la Iglesia...

1:13 p. m.  
Blogger Soy Rosel dijo...

Estoy de acuerdo con moisés, La Misión es una peli genial, pero no creo que sea la más adecuada para poner en una clase de religión!!
A mí se me siguen poniendo los vellos de punta con la música de Morricone, y lo que más me ha gustado es que dijese su agradecimiento en italiano, que no se hubiese aprendido en inglés chapucero el típico discurso, como hizo nuestro Pedro.
Besote.

10:08 a. m.  

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