miércoles, julio 26, 2006

El pacto con la mala suerte

(Desvaríos noctambulares)

Mi madre cree que tiene una racha de mala suerte o que la ha tenido.
Estaba conduciendo cuando tres gatos se cruzaron. Uno se detuvo y lo atropelló. Mi madre y mi hermano lo recogieron, el gato yacía vivo en el suelo, con la mandíbula rota. A la mañana siguiente lo llevaron a un veterinario que diagnosticó la rotura bucal y otras heridas. Poco se podía hacer: el gato no conseguiría comer ni beber por sí mismo, al menos, hasta que se recuperara tardíamente tras una operación. Mi madre nos lo contaba: “animalillo, animalillo…”. Le llamó mucho la atención que uno de los gatos que lograron cruzar con éxito se volviera para comprobar lo que le había pasado a su compañero gatuno.

Mi madre dijo que había roto un espejo, que eso supuestamente traía mala suerte. A la noche, se le cayó la figurita del niño Jesús de su cama y se partió la pierna. Hoy por la mañana, mi hermana me dijo al llegar del gimnasio que el gatillo había muerto en la operación. Cuando mi madre regresó del trabajo, mi hermano le explicó, y unas lagrimillas le salieron.

No creo que exista la mala suerte, es sólo una frase hecha, un sinónimo supersticioso de las inoportunas coincidencias, del todo al revés. Tengo lo mío de todo eso, y no me importa acumular siempre y cuando el invisible y supuesto azar no se dedique a molestar y a joder a mis seres queridos. Me gustaría saber dónde tengo que firmar para eso.

12 Comments:

Blogger Don Mendo dijo...

Yo no creo en la suerte... ni en el destino... sólo en sucesiones de azar, y que a veces nos toca siempre la carta mala.

De todas maneras, al menos el gato murió bien atendido... pocas personas se hubieran bajado del coche.

Saludos

2:37 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Yo he pasado rachas realmente malas, que te hacen pensar en el mal de ojo y demás maldiciones, pero todo pasa. Son eso, rachas, pero el caso es que cuando estás en medio de una de esas rachas todo parece del doble de malo y el triple de grave porque se van sumando cosas...así que entiendo a tu madre. Lástima que el gato atropellado andase ya por la septima vida.
Un abrazo

9:15 a. m.  
Blogger Susana dijo...

yo tampoco creo en la mala suerte...pero hay gotitas q colman vasos..besos su

11:53 a. m.  
Blogger sacris dijo...

Todo va por rachas y como decía una amiga mia... todo pasa. Espero que se pase pronto la mala racha de tu madre.

Un saludo

12:22 p. m.  
Blogger Elendaewen dijo...

Es el sentimiento de querer ser aire y rodear a todos los que quieres y protegerlos... Ante ese imposible, la única salida es confiar en que ellos se cuiden en tu ausencia y controlar el miedo al daño ajeno.
Un saludo!

1:45 p. m.  
Blogger Shh... dijo...

creo que tienes razón, que no es más que una frase hecha...
pobre gatico... y que majos vosotros al hacer todo lo posible por él :)
besitos niño!

2:08 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

malas temporadas...
o casualidades...
cosas que pasan ^_^

7:19 p. m.  
Blogger el santo job dijo...

yo no creo en la mala suerte, por suerte. Sino, me pasarían una de cosas horribles... Me parece maravilloso que haya gente tan atenta por gatos que pasaabn por allá. la mayoría de gente hubiese pasado a su lado sin detenerse. Un mogollón de aplausos! Un saludo!

10:45 p. m.  
Blogger Insanity dijo...

Aquí estoy, SrChow; vengo a visitar tu estudio, leerte y darte un abrazo.
Interesante post ;))
Felicidades.

6:25 a. m.  
Blogger Insanity dijo...

Cantautor-no-mudo, lo bueno es imaginar que traerá el péndulo cuando se dirija hacia el otro extremo,el contrario al de la mala racha.
Felicidades :)

6:55 a. m.  
Blogger anónima dijo...

vaya, elendaewen me quitó las palabras del teclado. Ellos tienen suerte de contar contigo cuando pasan por esos malos ratos. Es lo único que puedes hacer, consolarles, que no es poco!

... me alegro de no ser la única "tonta" a la que le da por llevar animales al veterinario. Un beso para tí y otro para tu madre :)

1:45 p. m.  
Blogger Carlos (Sr. Chow) dijo...

Hola a todos, el estudio del señor Chow se satisface de encontrarse con todos estos mensajes.

Permitidme responder, como alguna que otra vez, con un mensaje común, pues tengo el mismo mensaje para todos:
La verdad, tengo que ser sincero: yo no hice absolutamente nada. Todo el mérito lo tienen mi madre y mi hermano. Ocurrió por la noche, llegué de madrugada a casa y fue al día siguiente cuando me contaron todo, ni siquiera pude ver al gato (no sé si me habría gustado verlo en ese estado). Mi hermano se encargó de las dos visitas al veterinario y ya murió al día siguiente. Me siento muy inútil a la hora de consolar a la gente, me preocupa el escoger las palabras y las ideas apropiadas (aunque a veces me han asegurado que lo he hecho bien, uf). Creo que le enseñaré a mi madre lo que escribí y vuestras respuestas.

Gracias a todos:
Don Mendo, Gabi, Susana, Sacris, Elendaewen, Najwa, El santo Job, Insanity, y Sabejal (¡no eres ninguna tonta, mujer!).

A Duna: ¡Gracias por tu visita! Bienvenida al estudio del Sr. Chow.


Saludos sin una pizca de mala suerte.

11:16 p. m.  

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