El pájaro que toca el saxo
(El proyector cascado)
El tiempo en Bird se mezcla y se confunde, modulan y transportan recuerdos… ciertamente, parece improvisar el tempo de la narración como el saxo del genio. Una película muy cuidada, realizada con todo respeto e interés (quizás el metraje es demasiado largo), cubierta por el entusiasmo y la devoción personal del melómano Clint Eastwood (Globo de Oro al mejor director).
Las escenas musicales son brillantes y abundan, cómo no, y para mayor gozo se molestaron en limpiar el sonido de los discos usados (Oscar al mejor sonido). Forest Whitaker está espléndido como Parker, lo mismo con Diane Venora como la esposa Chan, (premio a la mejor actriz de reparto por la New York Film Critics), e inolvidable el colega Dizzy Gillespie (queremos una película para él solo).
El mejor momento musical llegó inesperado: Laura sonando con acompañamiento de cuerda en una secuencia maravillosa, Charlie Parker aullando notas del saxo mientras dos ríos de lágrimas se abren paso por el sudor de su cabeza. Conmociona.
Ahora escucho Laura. No sé para quién se compuso esa canción o si acaso estaba dedicada. Pero como suele ocurrir en este tipo de temas, cualquiera pude imaginar lo que quiera, así como sustituir mentalmente el nombre.
Ayer por la noche tuve el gusto de ver en cine una película de Clint Eastwood titulada Bird, basada en los últimos años del grandísimo saxofonista de jazz Charlie Parker. Este film de 1988 está bañado en una penumbra íntima, las escenas a la luz del día son escasas, nada más armónico con ese jazz nocturno y explosivo que adorna las noches de las calles de la época. La película está impregnada de ese jazz que nace del genio de Parker: corre la improvisación por sus venas tanto como las drogas y el alcohol. Se destrozó, su cuerpo parecía tener veinte años más cuando murió a los treinta y cinco. Su muerte prematura no impidió que se convirtiese en leyenda y la película de Clint Eastwood es el mejor homenaje.
El tiempo en Bird se mezcla y se confunde, modulan y transportan recuerdos… ciertamente, parece improvisar el tempo de la narración como el saxo del genio. Una película muy cuidada, realizada con todo respeto e interés (quizás el metraje es demasiado largo), cubierta por el entusiasmo y la devoción personal del melómano Clint Eastwood (Globo de Oro al mejor director).
Las escenas musicales son brillantes y abundan, cómo no, y para mayor gozo se molestaron en limpiar el sonido de los discos usados (Oscar al mejor sonido). Forest Whitaker está espléndido como Parker, lo mismo con Diane Venora como la esposa Chan, (premio a la mejor actriz de reparto por la New York Film Critics), e inolvidable el colega Dizzy Gillespie (queremos una película para él solo).
El mejor momento musical llegó inesperado: Laura sonando con acompañamiento de cuerda en una secuencia maravillosa, Charlie Parker aullando notas del saxo mientras dos ríos de lágrimas se abren paso por el sudor de su cabeza. Conmociona.
Ahora escucho Laura. No sé para quién se compuso esa canción o si acaso estaba dedicada. Pero como suele ocurrir en este tipo de temas, cualquiera pude imaginar lo que quiera, así como sustituir mentalmente el nombre.
8 Comments:
Tienes una capacidad impresionante para transmitir tu sensibilidad a través de palabras, cantautor-no-mudo. Compartes aquí, como en este post, la emoción de tu ser; es por eso que es verdaderamente un gusto inmenso leerte. Te lo agradezco de corazón, Carlos.
Te deseo muchas felicidades.
Siempre espléndido niño :)
Me gusta perderme en la musicalidad de tu rincón.
Un besazo.
Mi muy querida Insanity, me dejas como siempre anonadado, de corazón. Espero que escuches (si es que no lo has escuchado) el tema Laura.
Tu saludo reservado y jazzístico.
Najwa, qué amable eres, piérdete cuantas veces quieras. Y de paso, anda, márcate un bailecito, dulce bailarina.
¡Un saludo!
Reflejos: gracias a ti, mujer, qué buena combinación con Armstrong, ¿eh?
Un saludo What a wonderful...
pues mira tú. El viernes me compré esta peli en el Fnac. Así que esta noche, en cuanto llegue a casa, me pongo las pantunflas y la veo. Saludos!!
El santo job: no olvides pasarte y comentarnos tu opinión, ¿vale? ¡Gracias, un saludo!
Desconocida: Me dejas con grandes ganas de ver cómo sigue tu blog... ¡Un saludo!
La verdad es que entran ganas de verla. Igual que el jazz nos hace querer más y más de él, siempre.
Lo cual me recuerda a otra película que gira sobre ese tema, aunque radicalmente distinta: Acordes y Desacuerdos, del genio de Allen esta vez con Sean Penn. Impresionante.
Un beso y que la música siga sonando
Hola Ma´heona´e. Gracias, espero que la veas.
Aunque sea distinta, me ha agradado mucho que cites Acordes y desacuerdos, del genio Allen, sí. De hecho, ya la he citado aquí un par de veces, permíteme que te enseñe dónde:
1. http://cantautoresmudos.blogspot.com/2006/05/cowboy-de-medianoche-el-sabor-de-la.html
2. http://cantautoresmudos.blogspot.com/2006/04/confesiones-woody-allen.html
P.D: La música seguirá sonando en este silencio.
Jaja, por qué no me extraña? Muchas coincidencias estoy encontrando, lo cual es MUY agradable. De todas formas, hay mucha gente a la que el cine de Woody Allen le fascina, no sólo a mí...
Un beso
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