lunes, abril 30, 2007

"Tuya siempre" y "Yo" - X Festival de Málaga (y III)

(El proyector cascado)

Estas son las dos últimas películas pendientes por comentar de mis películas destacadas del X Festival de Cine de Málaga: Tuya siempre y Yo.

Se podría decir que Tuya siempre fue la película que más me gustó del festival. Consiguió tres premios: mejor actor de reparto, mejor música y mejor maquillaje. Vamos a hacer una cosa: te invito a que entres en su página web oficial, que escuches el piano que presenta la película y que leas el apartado con la sinopsis. No veas mejor el trailer (no te ayuda a hacerte con una idea acertada de la película), y tampoco los clips, son muy reveladores.

¿Has leído ya la sinopsis? Habrás supuesto que hay una base musical muy importante en la película de Manuel Lombardero. Es brillante cómo la música acompaña a sus propios intérpretes a lo largo de esta película de cine negro a la europea que se abandona totalmente a sus personajes; y qué maravillosos personajes, tan bien construidos e interpretados. La fotografía, un crisol de luces granosas y grises, termina por ambientar perfectamente esta peculiar película del cine español. Me emocionó mucho, tiene escenas buenísimas; y una en especial, es de las más hermosas que he visto últimamente... me ha maravillado. Si eres melómano la disfrutarás muchísimo (grandísimo Nancho Novo, qué historia de amor pianística...), posee un sentimiento de desarraigo, de sueños frustrados y oportunidades a la deriva entre alcohol, humo de tabaco y jazz. Mucho jazz y bueno (inspiradísimos José Reinoso y Horacio Fumero), la música es lo único con lo que se pueden amarrar estos músicos crápulas mientras, supuestamente, ignoran que esperan el lucero del alba, el sentir las cosas hasta que nacen, como dice Flora Martínez.

Por desgracia, el film de Manuel Lombardero ha tenido una distribución pobre (por lo menos aquí en Málaga). Así que aquí queda mi apoyo a Tuya siempre. Lástima, espero que tenga la mayor recaudación de taquilla posible.



Como a lo mejor ya sabréis, Bajo las estrellas, El menor de los males y Tuya siempre destacaron como las mejores (en mi opinión) del festival; pero falta una, ya que son en total cuatro: falta la película que cierra la reseña festivalera: Yo, the film.
De hecho, Yo debería haberse convertido en la película más apoyada del evento. Sólo recibió una mención del jurado “por su originalidad”, aunque sinceramente no me esperaba ni eso. ¿Por qué?

La primera película de Rafa Cortés parece más una película extranjera que española: es una película arriesgada, extravagante, inquietante y tiene un tratamiento que bucea por unos caminos nunca vistos en el cine español. Alex Brendehmühl, el actor de la contención expresiva (la injusticia del cine ha hecho que todavía no se le haya reconocido como un grandísimo actor), deja sin palabras.

La película se adentra en el universo personal de un alemán que se traslada a un pueblo de Mayorca por trabajo y de cómo su identidad personal se acondiciona al nuevo ambiente. El film consiguió el premio de la crítica en Rotterdam y me acabo de enterar que también ha ganado el premio de la crítica en Cannes. Pese a esto, la distribución española aún no está cerrada del todo pero sí tiene fecha de estreno en Francia y en Alemania (y eso que es española). Como escribe el colega Don Mendo “Le gustará al 5% de los que la vean, pero por eso es tan buena". Y en la rueda de prensa dijeron: "Hemos hecho la película que queríamos, no para gustar a nadie ni recoger premios".
Y yo aplaudo ese valor: les salió algo extraño pero sin duda alguna redondo. De lo mejor que se ha visto últimamente, a mí me enmudeció.


viernes, abril 20, 2007

Espejos 100%

(Tinta fresca)

Tras un periodo de semanas interminables intentando arreglar un par de problemas importantes, el corto Espejos ya está totalmente corregido y visible. Listo para presentarse a cualquier lugar, a cualquier espectador interesado, y en estos momentos se están ultimando los detalles para la edición completa del DVD (¡el problema ahora va a ser sacar tiempo para su distribución!).

El miércoles se expuso en el Aula Magna de la Facultad de CC. Comunicación de Málaga, junto a los cortos de otros compañeros. La tarde fue entretenida pero un tanto mortífera (dios, cuántos cortos sobre muertes y traumas...) y la proyección en pantalla grande más que decente.
Aquí os dejo el teaser de Espejos como prometí. Espero enseñaros pronto alguna otra cosa.


sábado, abril 14, 2007

"Pudor" y "El menor de los males" - X Festival de Málaga (II)

(El proyector cascado)

Llegar a casa tras haber visto excepcionalmente en cine una de las mejores películas que se han hecho y una de tus favoritas te deja el cuerpo en otro estado… Será con esta la cuarta o quinta vez que veo El apartamento, pero creo que este último visionado ha sido más intenso, y como suele ocurrir con estas obras maestras, incluso descubrí cosas diferentes. Ya he ido unas cuantas veces a ciclos de cine y nunca he visto a la gente tan en ambiente como ayer con El apartamento, en ninguna de las películas anteriores el público había aplaudido al final como ocurrió anoche, y enseguida se levantaron y se pusieron a hablar de la película. Qué grande es.

Y ahora que estoy con el cine, aprovecho ahora para continuar con las recomendaciones del X Festival de Cine de Málaga que hace unas semanas comencé. Aquí va la segunda y penúltima entrega con Pudor y El menor de los males.

Ayer viernes se estrenó Pudor, cuyo cartel está estos días en algunas marquesinas céntricas de la ciudad. Los dos hermanos David y Tristán Ulloa (el primero realizador de televisión y el segundo actor, como ya sabréis), se pasan a la dirección de un guión basado en una novela de Santiago Roncagliolo. Pudor no fue una de las mejores películas del festival pero sí una de las más destacables. Tiene buen pulso, una tremenda realización y unos buenos actores (premio a la mejor actriz a Elvira Mínguez en el festival malagueño), además de contar con el grande de Nancho Novo. El film trata de una familia en crisis, todos los miembros callan sus problemas y guardan sus secretos hasta que la situación se vuelve cada vez más dolorosa para cada uno de ellos. Un dolor muy bien interpretado pero exacerbado, mucha dolencia y malestar que desborda y te saca de la película. Eso es lo que le falla, que fuerza demasiado el dolor. Tiene una catarsis que te hiela la sangre, es cierto, pero si la película hubiese sido más contenida habría sido redonda. Además, la subtrama de la niña lesbiana necesita otro enfoque porque es previsible desde el primer plano y no sorprende nada (ya el propio cartel perjudica la historia). Eso sí, la niña lo hace muy bien (Natalia Rodríguez).

Por último, me dio la sensación al ver Pudor que ya la había visto antes… Y eso me ocurrió porque por su tratamiento exagerado del dolor recuerda demasiado a una película de González Iñárritu, hasta la fría y "granosa" fotografía y la música son muy del estilo de los films del mexicano.
Aun así, Pudor me gustó y vislumbró entre la más que irregular sección oficial que iba a concurso. Se merece que se gaste en ella en taquilla. Es una película que emociona muy bien en algunos momentos, pero es desmedida, necesita un reenfoque. ¡Atención a Nancho y Elvira!



El menor de los males fue la cuarta película a concurso y la primera que me sorprendió gratamente: tenía que ganar algo, y el jurado acertó: Premio al mejor guión para la película con el guión más redondo y milimétrico del festival (también se llevó al mejor vestuario). Carmen Maura, Roberto Álvarez y Verónica Echegui encabezan esta película de Antonio Hernández llena de sorpresas, con un humor, una acidez para enorgullecernos de nuestro cine. La película mezcla tremendamente bien géneros y los va alterando, luciéndose ella misma cada vez más a medida que se acerca el final. Mejor no decir mucho del argumento, ya que cualquier sinopsis de más de tres lineas ya te acondiciona aunque sea mínimamente (y aun así te sorprenderá la maldita). Tan sólo introduciros que trata sobre el enredo amoroso de un candidato político. Dirección impecable, actorazos, momentos inspiradisímos, una música de Pablo Martín en estado de gracia (ojo, no solamente por su musicalidad, si no por su uso en la película).

Esperemos que muy pronto se estrene en salas comerciales El menor de los males, la última película de Antonio Hernández, os lo digo en serio: una de las mejores películas no sólo del festival, sino del cine español actual, como las dos películas restantes de las que os hablaré en la última reseña. Las tres mejores estaban reservadas para el final (con permiso también de Bajo las estrellas...).

martes, abril 10, 2007

Viento para el contrafagot

(Relatos bajo el flexo)

- Mira, no entiendo porqué tengo que hacerlo yo, de verdad. Soy una mujer, una mujer atractiva y estoy acostumbrada a que sean los hombres los que vengan a mí y sea yo quien diga “sí” o “no”. Es un hecho, yo no sé hacerlo, no sé porqué tengo que cambiar de lugar.

- Porque él nunca te lo va a decir, es demasiado tímido, se infravalora, piensa que jamás podría estar contigo o con ninguna mujer, ¿entiendes? Por eso te lo digo yo porque sería una pena, os conozco y sé que haríais una pareja perfecta. Pero tienes que ser tú la que se lo proponga porque él nunca lo hará.

- ¿Le has dicho lo mismo que me estás diciendo a mí?

- No, no le he comentado nada.

- Entonces, ¿por qué no se lo dices y es él el que me lo propone?

- ¡Porque jamás lo haría! No se creería ni una palabra de lo que le dijera. Ya te lo he dicho: es demasiado tímido y ha tenido una experiencia amorosa bastante pobre en su vida…

- ¿Ah, sí? ¿Qué le pasó?

- Es una historia muy larga: en el instituto se enamoró de una que lo tenía mareado todo el rato y que nunca fue en serio con él, su mejor amigo se acostó con ella. Eso repetidas veces y con varias versiones.

- ¡No me digas!

- En la universidad tuvo una relación breve con una india fantástica que resultó ser una prostituta que le pagaron a broma sus amigos.

- Oh, vaya…

- Pero lo peor fue que se enamoró de ella.

- El pobre...

- Hasta en su profesión no llama la atención, es músico ¿y sabes qué toca?

- ¿El qué?

- El contrafagot, uno de los instrumentos más camuflados de la orquesta. ¿Quién se acuerda del solo del contrafagot? ¡Nadie, porque no hay!

- Yo no recuerdo ninguno…

- Por eso tienes que ser tú la que arranque, ¿lo entiendes ya?

- Sí, pero es que aún no sé si me gusta… tiene mucha nariz, pero por otro lado no me disgusta su inmensa nuez: debe succionar pasión de un modo increíble. Lo decía una revista, y una amiga mía decía que los de mucha nariz tienen personalidad.

- Claro, es brillante en la cama, eso seguro: ve mucho cine y lee muchas cosas de todo el mundo, conoce mil formas distintas de tratar con el cuerpo de una mujer.

- ¡Vaya, qué culto!

- Sorpréndele esta noche en su casa, es un enorme partido, tu hombre ideal. Si no lo haces, caerá en un abismo solitario aún más grande. Sabe dios si se meterá en la droga, o madre mía… le dará a la bebida y será un ninfómano depravado de burdeles baratos, se arruinará y tendrá que vender su contrafagot por cuatro perras.

- Estás muy preocupado por él, es entrañable. ¿Sois amigos de la infancia?

- Sí, ¿te acuerdas de la chica del instituto de la que se enamoró?

- Yo soy su mejor amigo: el que se acostó con ella.

jueves, abril 05, 2007

Que reste t'il...

(Desvaríos noctambulares)


Hoy he tenido un día de esos que te lo pasas entero en pijama. Te levantas a las doce y cuando te das cuenta ya son las ocho de la tarde y sigues con el pijama y la bata. Cuando me iba a duchar mi madre me pregunta: "¿ahora porqué te vas a cambiar de ropa?". Es cierto, no iba a salir fuera y a esa hora lo lógico sería volver a ponerme el pijama, pero no quise. No me gusta pasarme todo el día en pijama, por eso me pongo otra cosa aunque sepa que dentro de cuatro horas me lo volveré a poner. Es curioso que esa manía tonta me haya hecho escribir.

Estoy a punto de terminar un libro gordo, esta noche también me pasaré un videojuego y a la semana santa le queda poco por terminar… Pero vendrá un nuevo libro, otro videojuego tal vez (por desgracia, la consola es prestada), y otra semana sin duda a no ser que nos muramos todos (aunque si nos muriéramos todos, el tiempo seguiría pasando, por tanto la nueva semana llegaría. Pero si la ordenación del tiempo es un invento mental del ser humano y nos morimos entonces sí sería cierto aquello de que no habría más semanas). De todos modos, todo esto era para ilustrar una sensación que estoy teniendo muy a menudo: la fugacidad. Es un tema nada original, lo tratan miles de libros, de películas, de pinturas, y todos los días nuestros padres y abuelos suspiran aquello de “cómo pasa el tiempo”. Pero no me refiero a cómo pasa el tiempo, sino a cómo pasan las cosas. Al fin y al cabo puede que sea lo mismo pero no es igual. Una cosa termina y empieza otra distinta, a veces lo que termina y lo que empieza es muy parecido o lo mismo. Lo que no entiendo muy bien de todo esto es que, si hablamos de devenir y de cambio, ¿cómo puede uno sentirse parado? Puede que las cosas transcurran muy lentamente, tanto, que engaña el pensar que el cambio no puede sucederse tan pronto.

A mi hermana le han dado una beca para irse a Londres quince días. Al principio no estaba en la lista que se publicó en el instituto, pero cuando telefonearon informando del error, mi hermana colgó y lloró de la ilusión: “¡Me la han dado, mami!”. Yo eché otra beca al extranjero, aún no sé nada y eso de irme la verdad es que me incomoda un poco. Quiero ir y sé que debo hacerlo, es una aventura atractiva, pero la realidad se me impone. Maldita sea ésta, pero la muy cabrona sabe que tiene más consistencia que mis sueños, es así de claro.
Lo que se puede deducir es que soy un cobarde comparado con mi salerosa hermana, que se iría allí de cabeza. Pero me alegra saber que su espontaneidad vital le salvaguardará de escribir cosas como las de su hermano… aquí escribiendo sobre “las cosas” y sin saber realmente qué leches está diciendo.

Creo que el mejor modo para expresarme es utilizando esta metáfora: Hay veces que descubres una canción muy buena, preciosa, tan buena que no te cansas de escucharla. Pero la canción es muy corta, por eso tienes que ponerla una y otra vez hasta que te das cuenta de que ya no tiene más, que esa es su duración y que su esencia se comprime en ese tiempo, que ya es hora de que escuches otra. Pero no sabes cuándo llegará de nuevo una canción como esa.
Es curioso también que mi última canción de este tipo y que estoy escuchando ahora mismo una y otra vez sea precisamente Que reste t'il de nos amours.

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